¡Compromiso es Amor! es la frase que identifica a un pequeño grupo del curso, del cual formé parte en la primera sesión de Creatividad.
Sé que esto debiera ser una reflexión sobre aquellos pilares que sustentan a mi persona, pero si estoy escuchando "muchacha ojos de papel", no puedo escribir sobre algo tan "concreto".
Si analizamos la frase que convoca esta lectura, podrían haber muchas ideas en las que pensar.
Primero que todo, ¿por qué usamos la palabra Amor? ¿qué queremos decir con esto?
Principalmente se da esta discusión ya que nos referimos a este, como lo que nos mueve al hacer con otros. Cuando tenemos una intención, ponemos amor para lograr que lo deseado se cumpla. Como Terapeutas Ocupacionales estamos constantemente preocupándonos, apoyando, guiando y acompañando a otros. Por esta razón consideramos fundamental tener presente que el amor es lo que nos mueve a realizar esta labor.
Sin embargo, entendemos que para poder entregar amor, debemos cuidarnos y amarnos a nosotros mismos.
Este es otro foco desde el que podemos comprender a este "sentimiento, sentido, valor, aire, o razón de existencia", al amor. Tenemos que sentirnos y entendernos como seres que requerimos de manera indispensable del amor. Necesitamos sentirnos amados, tanto por otros como por uno mismo. El amor es lo que mueve al mundo, la intención positiva detrás de cada gesto, afecto, caricia, movimiento y acción. Es por eso que debemos conocer el amor, conocer los rastros del amor, su actuar y dejarnos impregnar por él. Todo esto para poder cumplir de manera satisfactoria y positiva nuestra misión para con el otro.
Ahora bien, el compromiso que tomamos tanto con otros, como con uno mismo, está estrechamente ligado con el amor. Yo pienso, que está relacionado de dos maneras. La primera, ya que cuando uno se compromete con algo, ya sea una acción, una persona, un gesto, lo que sea, implícitamente está dejando parte de uno en ese otro. Lo que se deja, lo interpreto como amor. El amor que uno comparte con otro, es lo que lo compromete a uno a hacer las cosas bien, de manera correcta y positiva.
La segunda forma en que se relacionan estos dos conceptos, es que para que en primer lugar haya compromiso con algo, esta idea debe formase. Para hablar de compromiso, tenemos que comprender qué valores y fundamentos lo conforman. Uno se compromete cuando tiene amor, es decir, el amor da entrada al compromiso. Pienso que el amor es lo que lleva finalmente al compromiso con algo, algo como uno mismo, un otro, un proyecto, una pasión.
En definitiva, podría intentar explicar de mil maneras diferentes la relación que percibo entre amor y compromiso. Pero quisiera resaltar la idea del amor, que finalmente es la que mueve al actuar, y de la misma manera es también el fundamento de nuestra existencia.
Para finalizar este pequeño escrito, quiero mencionar que sé que deben haber al menos 500 palabras y sé que llevo un poco menos que eso, pero mi disco de Spinetta se acabó, y así también mi inspiración.
¡Adiós!
lunes, 15 de abril de 2013
martes, 9 de abril de 2013
Recuerdos
En el Fondo del Lago
"Soñé que
era muy niño, que estaba en la cocina
escuchando
los cuentos de la vieja Paulina.
Nada había
cambiado: el candil en el muro,
el brasero
en el suelo y en un rincón oscuro
el gato,
dormitando. La noche estaba fría
y el
tiempo tan revuelto, que la casa crujía...
Se
escuchaba a lo lejos ese rumor de pena
que
sollozan las olas al morir en la arena,
y a
intervalos más largos esos vagos aullidos
con que
piden auxilio los vapores perdidos.
Nosotros,
los chiquillos, oíamos el cuento
sentados
junto al fuego, y como entrara el viento
por unos
vidrios rotos, su frente medio cana,
la vieja
se cubría con su charlón de lana.
Era un
cuento muy bello:
Tres
príncipes hermanos
que se
fueron por mares y países lejanos
tras la
bella princesa que la mano de una hada
en un lago
sin fondo mantenía encantada.
El mayor,
que fue al norte, no regresó en su vida;
el otro,
que era un loco, pereció en la partida;
y el
menor, que era un ángel por lo adorable y bello,
llegó al
fondo del lago sin perder un cabello...
Allá
abajo, en el fondo, vio paisajes divinos,
castillos
encantados de muros cristalinos
y en un
palacio inmenso, de infinita belleza,
encerrada
y llorando, vio a la pobre princesa.
Se
encontraron sus ojos, se adoraron al punto
y lo demás
fue cosa de poquísimo asunto,
pues al
verlos tan bellos como el sol y la aurora,
el hada,
que era buena, los casó sin demora.
-Así acabó
la historia de aquella noche... El gato
se
despertó gruñendo, desperezóse un rato
y se
durmió de nuevo. Zumbó las ventolina
en el
cañón, ya frío, de la vieja cocina...
Se levantó
un chicuelo y sin hacer ruido
enhollinó
la cara de otro chico dormido...
Yo, me
quedé soñando con el príncipe amado
por la
bella princesa, con el lago encantado
y también
con los tristes y apartados desiertos
donde
duermen los huesos de los príncipes muertos."
Diego Dublé Urrutia
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